¿Cómo afrontar la dependencia?
Actuar ante los primeros signos, combatir la soledad, mantener una vida activa, cuidarse y perder el miedo a consultar a un profesional son algunas de las claves que dan los expertos para afrontar la dependencia
De repente un día la casa se hace grande y sólo hacemos vida en dos habitaciones. De repente, ya no podemos hacer todas las tareas y el baño se convierte en un lugar peligroso. Comenzamos a olvidar y a confundir. Aunque somos conscientes de que esto esta ocurriendo, y desde hace algún tiempo, no queremos reconocerlo y avisar a la familia. Nos sentimos frágiles y con necesidad de que nos cuiden. La necesidad de que nos cuiden llega casi siempre sin avisar.
No estamos preparados para ello y nos sobreviene de forma abrupta la necesidad de recibir ayuda. Se trata de una asignatura pendiente que tiene la sociedad. Pensamos y programamos planes de jubilación, pensiones, hipotecas de nuestras casas. Pero pensamos que tarde o temprano requeriremos cuidados. Pues, hay que planificarlo como planificamos cualquier otra cosa. Y, cuando intuimos esa necesidad, cuando aparecen los primeros indicios debemos acudir a los servicios sociales y sociosanitarios de nuestra ciudad o pueblo. Aunque parece un planteamiento lógico y sencillo, enfrentarnos a esta situación suscita dudas, causa miedos y una tremenda inquietud respecto a cómo organizarlo todo.
¿Qué se puede hacer antes, durante y después de una situación de dependencia? Vayamos por pasos…
1) Antes de la dependencia
El deterioro físico o psíquico en las personas va dejando pistas. Adelantarse y actuar puede marcar la diferencia en la calidad de vida de los años de vida restantes.
Debemos estar alerta a los CAMBIOS
Estar alerta como sociedad a cualquier indicio de fragilidad en las personas que nos rodean. Debemos colaborar entre todos para prevenir las situaciones de dependencia y ello requiere de la vigilancia social para detectarla cuanto antes. Siempre existe un proceso insidioso que precede a una pérdida de capacidad. No dejamos de subir las escaleras de la noche a la mañana, lo mismo que no tenemos dificultades en el aseo o para recordar la lista de la compra de repente. Tampoco debemos dejar pasar pequeños detalles que pueden alertarnos de posibles situaciones futuras de dependencia. No se trata, por supuesto, de sobreproteger, pero si hay que crear conciencia entorno a las personas mayores.
La SOLEDAD tampoco ayuda
En España, más de dos millones de personas mayores de 65 años viven solas, según datos del INE de 2018, los últimos publicados. En este grupo, 850.000 tienen más de 80 años. Actualmente, la soledad no deseada es un problema muy grave y diferentes estudios demuestran que la dependencia de las personas mayores tiene una gran correlación con el apoyo social que poseen. Además, las dos variables que más correlacionan con la salud son los factores ambientales, como la pobreza, la medicación o la alimentación, y las relaciones sociales.
Como hemos comentado antes, el mejor mecanismo para combatirla es estar atentos y detectarla cuanto antes. Crear entornos protectores en los que diferentes personas del entorno del mayor (familiares, vecinos, amigos, etc.) puedan avisar de situaciones preocupantes en cuanto detecten indicios de fragilidad.
Además, la dependencia es un golpe para nuestra AUTOESTIMA
A todo esto, debemos añadir el miedo a reconocer que, efectivamente, nos puede estar pasando algo, que necesitamos ayuda. Esta situación muchas veces sobrepasa nuestra capacidad de respuesta y nos atenaza. Por muchos motivos, vanidad, orgullo o simplemente por no molestar, muchas veces no queremos reconocer que algo va mal. Vemos afectada nuestra dignidad, nuestra autoestima y, por supuesto, nuestro orgullo.
Decidirse a acudir al Centro de Salud y reconocer ante un desconocido que tienes dificultades en la vida diaria es muy duro. Por ejemplo, se sabe que el 30% de los ingresos de personas mayores de 80 años en el hospital son por errores propios con la medicación. Muchos mayores toman los medicamentos sin tener claro si son los correctos. Prefieren eso a admitir que se confunden.
Servicios municipales, PROFESIONALES que pueden ayudarte
No debemos esperar para actuar. Existen muchos servicios gratuitos y de fácil acceso que pueden resultarnos de gran ayuda. Para ello, lo mejore es acudir al Centro de Salud, al Centro Social del barrio o, en caso de una ciudad pequeña, al propio ayuntamiento, y solicitar información a los profesionales (trabajadora social, enfermera de enlace, etc.) que lo atienden.
Nos proporcionarán información complete sobre los servicios que los que podemos acceder en función de nuestras necesidades como: teleasistencia, catering, ayuda a domicilio, etc. Además de los servicios de salud también podremos encontrar en los centros sociales programas para estimular la condición física y mental, por ejemplo. Estos programas tienen una orientación preventiva, no asistencial, para que las personas conserven sus capacidades y retrasen la llegada de la dependencia, ganando así en independencia y calidad de vida. Son, además, espacios sociales que incitan a la reunión al contacto con otras personas, donde jugar a las cartas, hablar, hacer ejercicio, bailar o aprender nuevas habilidades.
2) Cómo actuar cuando llega la dependencia
Cuando la persona necesita ayuda continuada y atención para realizar sus tareas cotidianas y ya no puede cuidarse por sí misma, deberemos solicitar la prestación por dependencia. No debemos esperar a que el grado de deterioro sea muy grande y debemos adelantarnos ya que el proceso puede ser largo. La prestación por dependencia es un derecho para todos los ciudadanos.
Aunque el proceso puede variar según las comunidades, lo más recomendable para iniciarlo es acudir a un centro de salud de la Seguridad Social o a los servicios sociales municipales, donde el personal puede informar y ayudarnos con todos los trámites.
Desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid se recomienda a cualquier persona que vaya a estar presente durante la valoración del grado de un familiar que incida en la descripción de cómo afecta la enfermedad a su familiar en el desempeño de las actividades básicas de la vida diaria. Que no se expliquen los diagnósticos médicos, ni la medicación, sino que se hable de cómo estos le afectan en el desempeño y el manejo en su vida diaria. Es fundamental, dejar patentes las necesidades reales de la persona que se encuentra en situación de dependencia en su entorno habitual.
Una vez resuelto el grado de dependencia, la prestación económica concedida variará en función de una valoración de la situación económica de la persona y de su entorno familiar. Esta prestación sirve para costear los distintos servicios a los que da derecho cada grado: teleasistencia, asistencia a domicilio, acceso a centros de día y residencias.
3) Qué hacer después
REEVALUACIÓN del grado
Con el paso del tiempo, el deterioro aumenta y con él crece la necesidad de cuidados y recursos para la persona dependiente y para su familia. Por ello, debemos estar muy atentos y cuando se detecte empeoramiento en las condiciones de la personas dependiente, debemos solicitar una nueva valoración lo antes posible. Estas revisiones y la reasignación de un nuevo recurso suelen ser más rápidas que el reconocimiento inicial. Debes solicitarla en los Servicios Sociales del Ayuntamiento donde esté empadronada la persona dependientes (solicitante).
Aunque las revisiones son más rápidas, las actuaciones clínicas y administrativas no suelen ir de la mano en tiempos. Cuando un dependiente tiene un grado 1 pero su enfermedad tiene un perfil de progresión, poco se puede hacer en términos de revisión del grado. Lo que cuenta es el momento de la valoración en el tiempo, que es cuando el equipo va a visitarlo a su casa y determina el nivel de deterioro.
VIVIENDA, un campo de obstáculos
Otro aspecto muy importante y que preocupa mucho a las familias familias es cómo adaptar la vivienda a las nuevas necesidades del dependiente para optimizar su autonomía y evitar riesgos. 8 de cada 10 accidentes en personas mayores ocurren en el hogar, y en su mayor parte por la poca funcionalidad que van adquiriendo los entornos. La casa se va llenando de obstáculos y de trampas. Además por muy grande que sea el domicilio, la vida del dependiente se reduce se reduce a una o dos habitaciones. Pero no todo el mundo puede adaptar su casa para hacerla más segura ya que suele costar mucho dinero.
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